Acabar una maratón es siempre un gran motivo de alegría y satisfacción. Que alguien cercano a los cuarenta, con exceso de peso, apoltronado, pueda llegar a acabar su primera maratón con una marca por debajo de las cuatro horas demuestra la capacidad ilimitada del cuerpo humano. Pero todo requiere sacrificio, muchos kilómetros rodados, mucha cinta en el gimnasio y mucho trote en la Carretera de las Aguas de Barcelona. Sin embargo el esfuerzo vale la pena ya que supone superar un reto contra tus límites.
La maratón acaba cuando empiezas a correrla. Carles Valls, dixit.