Uno de mis amigos en mayúsculas, Lucho, ha tenido un par de gemelas. A partir de ahora su vida pasa de ser de por cuenta propia a por cuenta ajena (de sus hijas). La paternidad es una gran responsabilidad pero, sobretodo, una gran felicidad porque el amor y el cariño se multiplica con la sonrisa y la mirada del bebé. Desde este blog le deseo lo mejor para él y sus hijas. Carles Valls dixit.