lunes, 1 de diciembre de 2008

Funeral de la montaña



Ningún mortal se escapa de la muerte. El pasado viernes falleció mi tío con 71 años, estaba mal del corazón, pero todo el desenlace fue rápido e inesperado. La muerte no avisó. Uno tiene que ir acostumbrándose no sólo a vivir con sus vivos sino también a vivir con sus muertos. El cura recordó en el funeral algunos destellos de su vida, como su gran afición por la geografia y topografía del país. Mi tío murió en un sofá con la mirada a las montañas del Montseny, que tanto amaba. Disfrutar del paisaje es un homenaje terrenal del difunto. Carles Valls dixit.