Una terraza privilegiada con vistas a la Pedrera y a la Sagrada Familia. Habitada por felinas de tacón fino y combinados de machos con púpilas lúbricas de alcohol. Ocupada por cuartetos de cuarentonas de escotes afilados y elegantes parejas recien lavadas y lobotomizadas. Una mítica terraza coctelera que es una atalaya glamourosa del verano barcelonés. Allí el mojito sabe a Gaudí. Carles Valls dixit.