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Hoy en día casi todo el mundo opina de los invisibles bolsillos globales de la economía. Después del catacrack han aparecido como una plaga los analistas financieros, los políticos fontaneros y los banqueros enriquecidamente arrepentidos -que nos han metido en la crisis o no la han sabido evitar- y todos ellos nos quieren dar consejos y recetas de supermercado. De momento el desaguisado lo pagaremos muchos ciudadanos deshipotecados y nominalizados. Esto de la crisis me recuerda cuando jugaba al Monopoly y hacía pelotazos poniendo cinco hoteles en las casillas del tablero más caras, y esperaba que cayese algún desafortunado. Sin embargo, lo cierto es que al final de la partida no caía casi nadie en esas casillas y me quedaba arruinado con una multitud de hoteles vacíos. Algunos parece que aprendieron de economía con el Monopoly. Carles Valls dixit.