jueves, 14 de febrero de 2008

El almacén de Arco


Si Zapatero me diese un cheque para la cultura transregional, compraría un billete del flamante AVE en Barcelona y me iría a la Feria Internacional de Arte Contemporáneo (ARCO) en Madrid para ponerme al día en el mundo del nuevo arte que para mi murió con el pluriartista Pablo Picasso.
Sólo la odisea de ir a la capital con el pajarraco en poco menos de tres horas, compartiendo vagón con políticos centrífugos y centrípedos, empresarios de maletines ligeros y turistas tecnológicos ha de ser una experiencia artística mayor que la del almacén de la Feria Arco.
La verdad es que desde que fui a la Fundación Tapies, cada día entiendo mucho menos sobre lo que es arte contemporáneo y lo que es un vertedero de basura, pero mi criterio sobre el nuevo arte sería el siguiente: Es arte contemporáneo todo aquello que se expone en un museo y no siempre está situado recto a mano derecha, Carles Valls dixit.