Hay catálogos de viajes exóticos que son más para soñarlos que para viajarlos. Debido a la desaceleración de las nóminas y con los ahorros menguantes planificar unas vacaciones más allá de las fronteras de Shengen no está al alcance de cualquier maleta mileurista. Así, los países del sudeste asiático, los safaris en Africa o las aventuras en el Machu Pichu acaban siendo sólo ilusiones de ciberturista. Por eso, muchos viajeros navegan sin rumbo por la multitud de webs viajeras. Algunos cansados de hacer escalas en varias webs estivales, hastiados de ver postales de paraísos pixelados, finalmente toman la decisión de no facturar la maleta a destinos de mapamundi y se plantean como alternativa el pequeño viaje de proximidad. ¿Por qué no disfrutar del turismo de cercanías en vez del de mapamundi? Carles Valls dixit.