Seguramente como abogado de extranjería haya estrechado la mano durante estos cinco años a casi diez mil extranjeros: hombres, mujeres, jóvenes, viejos, de muchísimos países, razas, culturas, orientación sexual, ideología. Donde no ha llegado la interpretación amplia de la Ley de Extranjería ha estado siempre mi mano solidaria hacia ellos, sin prejuicios, sin paternalismo, sin barreras, de persona a persona, como diciendo, estoy contigo, te comprendo, pero como abogado no puedo ir más allá. Y muchos han agradecido ese gesto gratuito, sincero y sencillo. Estrechar la mano al desconocido te humaniza. Carles Valls dixit.