lunes, 30 de junio de 2008

Trabajando en Islandia


Mi despacho es un cubito en vez de un cubículo. Su aliento frío hiela el respaldo de mi silla, tempaniza el teclado y el mouse, y congela mis bolígrafos Bic. En la Administración prefieren funcionarios de sangre fría en vez de sudorosos y ardientes administrativos. ¿Es más eficiente el pingüino vestido de americana que un camello descamisado? Los jefes del mando único programan el aire acondicionado comunal con la temperatura de Islandia. En la oficina disfruto de los veranos de Reijkiavik. Carles Valls dixit.