martes, 9 de diciembre de 2008

Caravanas


Ser víctima de una caravana en la carretera es el peaje que pagamos por coger el coche un fin de semana largo. Toda escapada empieza con un éxodo multitudinario de turismos y la operación retorno es un calvario de gasolina en movimiento. Los viajeros rodantes sufrimos el internamiento entre cuatro puertas y la impasible parálisis de la columna rodante. Todoterrenos, deportivos o coches familiares, ningún vehículo se escapa de esta parsimoniosa y lenta caravana de metal y gases. La caravana es la venganza lenta de la carretera. Carles Valls dixit.