Los partidos de fútbol también son partes meteorológicos. En el encuentro con el Real Madrid en el Camp Nou la lluvia también jugó su papel mojado. Estar en el estadio viendo el match agazapado a un paraguas, con los pantalones empapados y el frío que te cala todo el cuerpo, también tiene cierta épica. Quizás, por eso, cuando marcó el Barça a menos de diez minutos del final, los allí presentes tuvimos una doble explosión de alegría. Metimos un gol al Madrid y a la maldita lluvia. Cuando se gana hace buen tiempo en el estadio. Carles Valls dixit.