jueves, 2 de octubre de 2008

Bodafone


El último espectáculo teatral que he disfrutado es el de una boda donde he acudido como convidado "simpático y simpa". Ha sido la boda del bikinero L.M., celebrada en una masía de Vic, con cura falso y tropa farandulera, con un ágape de bandejas de lujosos embutidos y con kilos de pan con tomaquet. Un ritual escenificado en un entorno bucólico- gallináceo, con estufas frías con escote y amigos anglosajones, llena de futboleros catódicos pululando, garrapatas apocalípticas y ocelotes armados de bengalas. Una antiboda convencional. Carles Valls dixit.