Muchos ordenadores están acostumbrados a vivir de gorra, gratis, con el software gratuito o las descargas sin ánimo de lucro. Que si un programa de tratamiento de textos, un antivirus, uno de fotos, un nuevo navegador. La mayoría son programas con fecha de caducidad, con los días contados, y requieren de descargas periódicas para que no estiren la pata en tu disco duro. Por eso, es todo un lujazo comprar a precio de oro un programa original, completo, permanente, como si fuese la nueva pareja estable del ordenador. Esperas que el ordenador y el nuevo programa serán fieles, honestos y no te dejarán tirado. Sin embargo, dicho programa si no lo actualizas con nuevas versiones también se te puede quedar desfasado, aunque la caja donde los guardes esté reluciente y todavía con todas las pegatinas adheridas. Dime cómo es tu ordenador y te diré cómo eres. Carles Valls dixit.