¡Peregrinos! Os aconsejo que hagáis el Camino Portugués desde Valença do Minho a Santiago de Compostela. Son poco más de cien kilómetros surcados de viñedos con sabor a albariño, otros con espesas corredeiras o con espectaculares miradores a las Rías Baixas. También, es cierto, que en algunos tramos uno come asfalto y polígonos.
En el Camino disfrutaréis de la impresionante fortaleza de Valença do Minhho, de la imponente catedral de Tui, de ciudades señoriales como Pontevedra -con la iglesia de la Virgen de la Peregrina- o de Padrón y sus pimientos ciento por ciento no picantes (que no son de Padrón sino de Herbón).
También podéis hacer una parada literaria en el pueblo de Iria Flavia donde tiene su sede la Fundación Camilo José Cela, del gran escritor e insultador gallego.
Pero, además de sus ciudades de dimensiones humanas, también gozaréis de la tranquilidad de las pequeñas aldeas, con su ritmo a golpe de campana y tractor, y su gente abierta y campechana que te desea: "!Buen viaje!", "¡Buen Camino!", hasta llegar, finalmente, a Santiago de Compostela, con su catedral donde cada piedra es esculpida por un peregrino.
Sin embargo -además del aspecto místico-pedestre del Camino Portugués- habría que resaltar toda su rica fauna alimenticia a base de pimientos, chocos, filetes, lentejas, pulpo de feira, caldo gallego, chorizos, chipirones, empanadas, rapes, mejillones y un largo listado tan largo como peregrinos tiene la Iglesia. Porque cada peregrino tiene un Camino en el estómago. Carles Valls dixit.
También podéis hacer una parada literaria en el pueblo de Iria Flavia donde tiene su sede la Fundación Camilo José Cela, del gran escritor e insultador gallego.
Pero, además de sus ciudades de dimensiones humanas, también gozaréis de la tranquilidad de las pequeñas aldeas, con su ritmo a golpe de campana y tractor, y su gente abierta y campechana que te desea: "!Buen viaje!", "¡Buen Camino!", hasta llegar, finalmente, a Santiago de Compostela, con su catedral donde cada piedra es esculpida por un peregrino.
Sin embargo -además del aspecto místico-pedestre del Camino Portugués- habría que resaltar toda su rica fauna alimenticia a base de pimientos, chocos, filetes, lentejas, pulpo de feira, caldo gallego, chorizos, chipirones, empanadas, rapes, mejillones y un largo listado tan largo como peregrinos tiene la Iglesia. Porque cada peregrino tiene un Camino en el estómago. Carles Valls dixit.