jueves, 10 de abril de 2008

Ravaleando



Conseguir los primeros clientes no es tarea fácil. Ayer por la tarde tuve que arremangarme en locutorios y cafeterias latinoamericanas y pakistanís en el Raval barcelonés para repartir publicidad del despacho que, generosamente, mi socio Wang me cede los sábados. Esto de ser abogado deambulante es duro pero sin una cartera de clientes no hay corbata. Si alguien desea compartir una experiencia cosmopolita de marketing directo le animo a acompañarme. Luego le invito a un shawarma y después nos vamos a bailar salsa. Carles Valls dixit.