Parece mentira lo que les gustan a los niños los peluches. Le regalé a mi sobrina una tortuga blandita de tela y la adoptó inmediatamente, abrazándola con todo su pequeño cariño, y se convirtió en su mascota favorita (al menos cinco minutos hasta que jugó con otra). Cuando somos adultos el peluche ha tener dirección asistida y gps integrado. Del peluche a la pela. Carles Valls dixit.