¡Viva las sandalias! Al fin decidí desnudar mis pies estos meses veraniegos después de que mis partes podólogas soportasen todo el año el corsé de los calcetines, estuviesen encerrados en una celda de cuero sin respirar y cegados de luz, llegó ya la hora de darles la libertad. El sudor de mis pies será libre. Carles Valls dixit.