Un cliente me ha regalado una caja dorada de Ferreros Rocher que son mi perdición. Me he vuelto adicto a los Ferrero y cada día engulló un par de bombones en la intimidad. Se acercan ya las Navidades con el lote del trabajo, las cenas de empresa y las comidas familiares. Si no pongo freno al buffet libre navideño, me voy a convertir en el hermano de Papa Noel. En Navidad deberíamos comer sólo nieve. Carles Valls dixit.