jueves, 27 de noviembre de 2008

Pieses


Huelen mis pies. Todavía no he aprendido a convivir con su podedumbre olorosa. Mis zapatos son como cámaras de gas. Cuando me descalzo, mis pies son una bomba olorosa. Sin embargo, encontré la solución odorífera que consiste en gasearlos con un mágico spray. Cada humano tiene su hedor. Unos en sus axilas, otros en sus alientos, algunos en sus posaderas, y yo en mis pies. Camuflamos el hedor con perfumes, elixires y desodorantes porque no nos gusta oler como humanos. Carles Valls dixit.