jueves, 27 de noviembre de 2008

Generosidad calculada


El otro mediodía fui a un comedor social de Raval a echar una mano a un compañero del trabajo. La verdad es que fue una experiencia que humanamente me llenó. A veces hay que vacunarse contra nuestro egoismo personal y echar una ayudita que vaya más allá de los intereses propios de tu pareja, familia y afines. No se puede ser generoso con la calculadora en la mano. Carles Valls dixit.