No es que me guste mucho el chupito de orujo, para mi tiene un sabor áspero que es como si frotases tu cuello con un estropajo. Sin embargo, en cenas amicales no falla casi nunca el colofón del orujo u otro chupito alternativo como brindis final, después de disfrutar de una buena y eterna cena. La alcoholemia de tus amigos también forma parte de la tuya. La amistad tiene un porcentaje compartido de alcohol en la sangre. Carles Valls dixit.