![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiPtXgVHBbvPoMp7r73KnUtQn_BC-PUjS5zJGT3iD_msabBERmGbMDeFY7P4Lh1RQX6Vq_21wHF2NxlvJ2LgaTcj6_engKO7Gm_k3f9e00opDg_vEQ2U0pkmklC2TlERMRP4VoosgdMTxXU/s320/salsa.jpg)
En el corazón de la plaza Cataluña un grupo de músicos cubanos interpretaron varias canciones. Y se formó un pequeño Buenavista Social Club al lado de las Ramblas. Y la emoción recorrió mi cuerpo como hacía tiempo que no pasaba. Un grupo de la tercera edad improvisaron unos bailes con pasión y alegría mientras el resto de los oyentes escuchaban ese ritmo cálido y sabroso. Entonces recordé nostálgicamente, que no hacía mucho tiempo, yo también había sido salsero y disfrutado de la magia del baile en noches eternas. Y deseé que cuando llegase a la ancianidad también fuese como esos bailadores seniors con el cuerpo arrugado y el alma joven. Mi corazón siempre será salsero. Carles Valls dixit.