martes, 29 de enero de 2008

La exhibición de un hígado


La pasada noche cené un apetitoso hígado con cebolla. Lo curioso fue que antes de trocearlo en dados y freirlo, lo inspeccioné minuciosamente como si realizase una autopsia. Tal vez ese antojo culinario por órganos crudos fue por culpa de la exposición "Bodies Exhibition", que todavía puede verse en Barcelona: huesos, vísceras, órganos, piel humana, etc todo made in china. Quizás influyó también que saliese de currar de la gestoría china en la que con mi socio Wang preparamos rollos administrativos. Sin embargo, el hígado que comí no era de un chino de Shangai sino de un cerdo catalán. Carles Valls dixit.